Duelo
Esta mañana, tras cinco horas durmiendo en el sofá, me he ido a la cama. El reloj marcaba las seis; genial, en una hora me levanto.
Al abrir la puerta de la habitación, dormida y con la camiseta a medio quitar, he oído un zumbido. Un zumbido fuerte. Una vez que mis ojos se han adaptado a la claridad y los destellos que produce mi lámpara de cristales, la he visto: una mariposa de la luz, negra, del tamaño de una pelota de ping pong. Ha escapado tres veces de las fauces de Jeffrey y ha salido dando tumbos, maldiciéndome.
Cuando ha sonado el despertador no estaba segura de si había sido real o lo había soñado. Hasta que he descubierto su cadáver encima de la mesa del comedor, tieso, con las patitas hacia arriba. Y ya no zumbaba.
Así que me he puesto un crespón negro debajo de las tetas. Por ti, maricosa.
5 comentarios:
Ha habido gritito?
Y qué bien sabes aprovechar los complementos, igual para un evento junto a la caja fúnebre de la basura que para una salida nocturna. Ele.
... Pobre bichito.
xaral (porque eres tú, je, a mí no puedes engañarme...), ¿gritito? ¿Con lo sobria que soy yo? Juas. Nononono. A mí no me dan miedo los bichos.
(U know, u know...).
enciamet, síp, pobre.
Jajaja, que bueno!
Muy grande ese lazo negro, pero me queda mejor a mi de pajarita!!! jajajajajaj...
trape, ya sabes, lo mío es tuyo. Cuando quieras te lo presto.
*)
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