You could be from Venus and I could be from Mars
En mi preadolescencia leía la super pop. Colgaba los pósters centrales en mi habitación, forraba las carpetas con las fotos de actores y cantantes, coleccionaba las fichas que salían en la última página. En esa época nació mi afición por entender las letras de las canciones, afición a la que sin duda debo la mayor parte de mi cutre pero efectivo nivel de inglés. Por supuesto también hacía los tests, y leía con la mayor atención los artículos sobre temas tan importantes como qué hacer para que el chico más guapo de clase se fijase en ti o cómo maquillarte para deslumbrarle. Yo aún no me maquillaba, claro, pero eso era lo de menos.
Cuando fui un poco más mayor, me pasé a ragazza. Aquí la cosa ya se ponía un poco más seria. Un poco. En lugar del primer beso hablaban sobre el primer polvo, y los consejos de moda eran más avanzados; no habían tantos colorines en los artículos y los cotilleos eran más jugosos. Lo malo es que no ponían letras de canciones, lástima. En su defecto, siempre había alguna dieta para adelgazar. Hablamos de principios de los noventa, Kate Moss acaba de aparecer en escena, la anorexia y la bulimia todavía no.
Entonces, no recuerdo cómo, cuándo ni por qué, debí de hacerme mayor y abandoné el mundo de la revista femenina. De repente no me interesaba en absoluto cómo conquistar a mi vecino ni qué pasos tenía que seguir para conseguir un acabado mate en mi maquillaje. Así que supongo que la siguiente etapa en la evolución estándar de la mente femenina (cosmopolitan, vogue, woman... no sé) se quedó en el aire.
Y ahora, trece o quince años más tarde, temo que ese descuido me esté pasando factura. Dios, no quisiera tenerme que ver escondiendo alguna de esas publicaciones dentro de otras para leerlas en el metro con disimulo, pero ayer por la noche, viendo esto, entre risas e indecisiones a la hora de elegir el color del esmalte de uñas (rojo o negro; negro o rojo...), llegamos a la conclusión de que a lo mejor necesito un curso intensivo para entender ciertas cosas. Ay.
9 comentarios:
Gracias a la Super Pop me sé cienes de canciones como "Live to tell" de Madonna o "Wild boys" de Duran Duran.
¿Y el Nuevo Vale no lo leías? Su consultorio y las historias que mandaban les dan mil vueltas a la Ragazza.
Y mira, una confesión mundial desde el atril: Cosmopolitan la compré un tiempo. ¿Me ha servido de algo? A la vista está.
Y sí, viendo eso que viste anoche es normal que te lo replantees todo.
Usted luce se ponga lo que se ponga, así que no pierda tiempo con revistas y espere mi llegada a su hogar con la serie Dexter en dvd. Que va a necesitar mas que conocimientos para no tener perdidas orásmicas con esto...
nada, no, el nuevo vale no, lo que sí pasé fue mi época teleindiscreta coincidiendo con el boom V. Qué enganchada estaba, madre mía. Ahí empezó todo.
Nunca, nunca, nunca jamás habría dicho que tú fuiste lectora de cosmopolitan. Y no sé yo si no te sirvió...
(Maldades de los programadores de la fox, parece que los domingos son solo para aquellos que no han hecho los deberes durante la semana y tienen que ver todos los capítulos... no es justo).
trape, si yo le espero, yo le espero con los brazos abiertos con o sin serie debajo del brazo (bueno, si es con serie con los brazos y con lo que haga falta). Pero es que mis dudas no son estéticas, eso jamás. Son sobre el comportamiento humano en general y el masculino en particular. Ya le contaré, ya.
Cómo me acuerdo de las pegatinas de la Teleindiscreta, ay.
Ya sabía que lo de Cosmo no te lo esperabas, y mira, sí, igual me ha servido, de alguna extraña manera, je.
(Eso te pasa por llevar los deberes hechos, tanta diligencia pasa factura).
Yo debí de estar en coma algunos año, porque recuerdo haber pasado del Copito http://www.todocoleccion.com/lote.cfm?Id_Lote=53166#descrip y el Jana http://www.todocoleccion.com/lote.cfm?Id_Lote=5132970#descrip al Fotogramas y el Suplemento Dominical de El Pais.
nada, yo me hice hasta el uniforme de la resistencia... je.
ohnenick, ¿copito? ¿jana? ¿Pero tú de qué planeta eres, criatura?
Eh, Sar, que yo todavía tengo algún Copito guardado. Y Pumby.
(Qué hacendosa, el uniforme).
Del de los Barbapapás. Aún recuerdo la ilusión con la que esperaba a que mi padre llegara del trabajo el sábado con mi Copito bajo el brazo. :-D
Vaya par. Qué raras... :F
(La lástima es que no lo conservo, ains).
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