lunes, 2 de julio de 2007

Esas sombras negras del fondo


Esta de aquí es la playa más bonita en la que he estado nunca. Y también fue el escenario del primer y último ataque de pánico de mi vida.
Es cierto que el agua me llegaba a la cintura. No tenía miedo de morir ahogada, no tenía miedo (o no mucho) de ser atacada por ningún bicho marino. Pero de repente di un paso y mi pie derecho tocó una piedra. Y yo quería evitarla, quería rodearla o saltarla o concentrarme en ella hasta hacerla desaparecer, pero es que no la veía; el atlántico no paraba de moverse, las olas iban hasta la arena y volvían enfadadas vete a saber por qué, y rugían en su idioma de olas, y el salitre flotaba en el aire de tal modo que parecía niebla, pero no. Así que me quedé muy quieta; los dos pies juntos, no fuera a ser que a uno de los dos le diese por hacerse el valiente y la situación empeorase más todavía; los brazos cruzados fuera del agua, tranquilos, que ellos estaban a salvo. Y grité y grité y grité hasta que el viento sopló en la dirección correcta y mi voz llegó hasta mi salvador, que recorrió riéndose de mí los pocos metros que me separaban de la orilla y me dejó en la arena, la firme, suave y blanca arena, donde poco a poco todos mis ritmos fueron volviendo a la normalidad.
Así pues, qué inventazo el colorete.

14 comentarios:

nadadora dijo...

¿Y ya? ¿No hay segundas oportunidades al Atlántico? Tiene caras más amables, pobre.
Y sí, el colorete será un invento genial, pero sólo si das por supuesto que lo mejor de la playa es el sol. He dicho.

Mrs. Sarmiento dijo...

Bueno, y ya y ya, no. Esta solo fue mi peor experiencia, he tenido más. Pero no al atlántico exclusivamente... al mar, asi en general. Aish.
Y no es que dé por supuesto nada, nada. No creo que sea lo mejor, pero lo que desde luego sí es es inevitable. Aish 2.

Anónimo dijo...

Y las orquillas para el pelo?

Por cierto, cuando abri la página pensé en las playas de mis vacaciones en la bella Portugal. Is or no is??

Guapa!

Mrs. Sarmiento dijo...

sunny! Oh la là! ¡Madre mía qué alegrón!
A ver, a ver... ¿horquillas para el pelo? A cuadros me has dejado. ¿Horquillas para el pelo, de qué? Juas. Sunny y sus masacres neuronales. :p
Y sí, is, is. El sur, que no el algarve. Beautiful.
Guapa tú! Vuelve!

Anónimo dijo...

uyy horquillas sin H, uups! (una q está llena de imperfecciones)

No tengo respuesta a el porqué de mi pregunta horquillera, sólo está ahi.

Me cuenta usted por favor algo sobre el colorete?

(no escribo, pero te leo diaroulsy o daily que es mas fino)
Beso!

Anónimo dijo...

Ay, nena, como dijo aquél, has perdido el camino que llevaba hasta el mar.
(http://www.abelmartin.com/aper/mateos/1990.html).
Hay que ponerle remedio, sea como sea. Pensaré en una terapia efectiva.

nadadora dijo...

¿No se estaría preguntando sunny por las horquillas para el pelo como invento?
Y que conste que yo no me quedo tan tranquila con esa fobia tuya. Estoy dispuesta a pensar también en una terapia.

Anónimo dijo...

Nada, tienes una capacidad de enlazar cosas asombrosa. Es asi, el invento de la horquilla: expliquelo en un breve párrafo y conexión con el colorete si lo hubiera.

Pero la fobia a qué es? a la piedra en si, a las piedras en general? al agua salada del mar? a las horquillas coloreadas?
Me pierdo por momentos...

nadadora dijo...

sunny, enlazadora es mi tercer nombre. No sé qué invento será más importante, pero si los antiguos ya se molestaron en inventar el uno y la otra, por algo será. Aunque en una competición de antigüedad ganaría el colorete, siempre que aceptáramos como horquilla sólo las que tienen forma de U metálica, que empezaron a fabricarse en el siglo XIX. Y no, no lo he mirado en la Wikipedia.
Ejem.

Mrs. Sarmiento dijo...

sunny, me meo. Solo está ahí, dice. Pues no sé qué quieres que te cuente sobre el colorete, aparte de que el tono que más me favorece es el rosa, jojojo, y que si no fuera por él el acoso que sufriría en verano (¿te encuentras mal? estás muy pálida...) sería aún mayor.
Respecto a mi fobia, pues es difícil de explicar. Irracional como todas las fobias. En sí es a las piedras sumergidas en el agua, a ir nadando y de repente mirar hacia abajo y ver una sombra oscura. O, peor aún, que esté tan revuelto el mar que no vea lo de abajo, y ya me imagino la más grande de las rocas ahí, amenazante. Ridículo, lo sé.
(Si escribir horquilla sin hache es una de tus mayores imperfecciones, yo ya firmaba, nena).

ohne, no sufras, que lo llevo bien. Como tampoco me gusta el sol, no echo de menos la playa.

nada, lo mismo que a ohne te digo, no padezcas, mujer. Si me entrase fobia, qué se yo, a los probadores de h&m, ya estaba tumbada en el diván.
(Qué mente preclara la tuya. Nunca dejarás de sorprenderme).

Anónimo dijo...

A ver, que me he leido el post 3 veces y solo consigo ver la cara de Lynch entre todas las letras por dios!!!

Que usted se viene conmigo a la playa la próxima vez que vayamos, que si no, no le veré nunca las tetas coñe! jajajajajajajajaj (es obvio que es broma)... jo jo jo. Lo dicho: que usted se viene, a superar las fobias, como yo cuando bebo cerveza para estar en razzmatazz...

Un abrazo! que no la he visto a usted hoy!

Mrs. Sarmiento dijo...

Ay trape. Lynch, dice, je.
Para que usted me vea las tetas, sr. trapecista, no hace falta ni mucho menos que me lleve a la playa a rastras. ¿O acaso no sabe aún que me tiene loquita? Aunque luego usted prefiera al de la camisa de poliéster. Aish.
(Si es que me tienen esclavizada...).

Anónimo dijo...

lo del pliester no se lo perdono... que lo tenia en el bote y yo miraba y decia, pues si no te gusta la camisa me lo quedo yo... lo que es la vida...

Mrs. Sarmiento dijo...

Jajajaja... No era lo suficientemente guapo para pasar por alto aquella camisa, trape!!! Mucho más mono el tímido, con su camiseta negra de algodón. Je.