jueves, 8 de marzo de 2007

Cuando un perro pasa a ser un dingo

Las mentiras son como las especies que se introducen en hábitats que no les son propios, como los perros en Australia o la soja en América.
Las sueltas, las liberas, porque parecen tan inofensivas, tan monas (total, ¿qué daño puede hacer una brizna de soja, por el amor de dios?), y al final acaban cargándose buena parte del ecosistema existente y haciéndose las amas y señoras del lugar. Claro que, pasado un tiempo, dejan de ser consideradas invasoras y pasan a ser autóctonas, y entonces ya casi nadie nota la diferencia.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Tus mentiras podria ser como los tomates para europa.
¿Que seria de nosotros sin tomates?
No imagino una vida sin gazpacho o sin tomate frito, y lo digo de verdad.
Saluditos........

Mrs. Sarmiento dijo...

sr. chisme, pues sí, también es verdad. Si es que es usted muy benevolente conmigo, me temo.