lunes, 2 de abril de 2007

Crónicas

Hoy podría hablar de mi fin de semana. De mi reencuentro con Twin Peaks, cuyo argumento recordaba perfectamente, que una ya tiene una edad, pero no así sus personajes, por lo que el episodio piloto transcurrió de un oh, éste! a un ay, sí, ésta!...
O de lo que puede estar una dispuesta a hacer por entretenerse, nunca como ahora fui tan firme al negar que de este agua no beberé. Y eso está bien, es agradable darse cuenta de que sigues siendo capaz de sorprenderte a ti misma.
O, mejor aún, os podría hablar de
È. y su novio. De lo monos, lo dulces, lo inocentes y lo normales que son a pesar de todos sus esfuerzos. De que la normalidad es relativa también, claro. De su entusiasmo al explicarme el mes que pasaron en Tokio. De sus uñas, su pelo, sus zapatos y sus minifaldas encima de los pantalones. De lo bien que juegan al Guitar Hero (si es que es una cuestión generacional, no hay duda). O de lo contenta que estuve de tenerle, después de todo, sentadito otra vez en mi sofá.
Podría incluso contaros de la lámpara de princesa que compré el sábado para mi habitación, con tres pisos de lágrimas colgantes y todo. O de las risas recorriendo luego el parking con mi hermano, sin la menor pista de dónde recórcholis habíamos aparcado el coche.

Pero como sigo inmersa en la etapa más egocéntrica de mi vida, al menos de la que yo sea consciente, mejor os sigo hablando de mí, que para eso es mi blog. Así, os cuento que hoy me siento como cuando jugábamos al látigo, y a mí siempre me querían en un extremo, los muy cabrones, porque pesaba poco y era muy fácil hacerme volar. Y jugábamos un rato, y era realmente divertido, hasta que la fuerza centrífuga superaba a la del que me cogía la mano; entonces salía despedida como un trapo, y todo acababa en una santa hostia.
Los dedos empiezan a aflojarse, no tardaré en salir despedida. Lo bueno es que en realidad no recuerdo haber derramado nunca ni una lágrima con este juego...

5 comentarios:

nadadora dijo...

Disiento en lo del Guitar Hero.
¿Lámpara con lágrimas colgantes? Estás a la última, ¿eh?
Y de esas cosas sobre el egocentrismo y otras metáforas con juegos infantiles no voy a decir nada, estoy en modo simple.

Mrs. Sarmiento dijo...

nada, siempre disientiendo, oye; mira que eres porculera, coño. No sé cuándo vas a entender que yo escribo aquí para que me deis la razón...
Y es verdad que estoy para que me ahostien de plasta con las metáforas de mi infancia. Debe ser que yo estoy en modo repelente. Je. Mala suerte.
(Ojo, que es de ikea. Yo quería ir a los Encantes...).

Anónimo dijo...

Sí, toda la razón. Siempre dice la verdad mi señora. Sí, toda la razón. Asiento como los tontos y añado:

La vida es una espiral que nos hace girar. Solo saldremos despedidos cuando decidamos soltar las manos. No creo que usted se suelte, por mucho que la oblliguen a estar en el extremo. Aquí usted es quien decide a qué velocidad gira la rueda.

Encantado de verla de vuelta!

P.D.: Sin ánimo de ofender, pero... usted no llegará nunca a rotar como estas señoritas... no se lo pierda!

http://www.youtube.com/watch?v=3TjJK9VBWQM

Anónimo dijo...

Masoca es lo que eres...

Un beso en las pupitas.


P.S. Reniegas de tu condición de gótica y te compras una lámpara de lágrimas... endevé.

Mrs. Sarmiento dijo...

sr. trapecista, qué alegría. Qué alegría, y qué alboroto incluso. Ains. Qué bien. Con lo que me gusta a mí que me den la razón... ;) Y no, je, qué va, no me suelto ya. Me he hecho mayor!

xaral, ay, xaral. Xaral. Je.
Gótica tú. Si no pregúntale a tu madre... *)