viernes, 8 de junio de 2007

I like potatoes, I don't like tomatoes

Mira, a mí dame una canción con estribillo, que empiece y acabe. Definidos principio y fin.
Y entonces sí seré capaz de aprendérmela y tararearla, o hasta de berrearla a pleno pulmón. La cantaré en la ducha, claro, pero también en el metro y en el supermercado; sentada en el váter, contestando al teléfono y hasta mientras cante otra canción.
Pero si no ha de ser así, mejor cállate. O por lo menos canta bajito, que yo no te oiga. (Me desconcentro).

4 comentarios:

nadadora dijo...

Será que hay canciones que no son dignas de ser tarareadas. Y sin el será.

lanueva dijo...

Ni escuchadas.

Anónimo dijo...

Dí que sí, joder, la belleza de la estructura. Aunque hay excepciones que confirman la regla. Esto es como lo de los elefantes que se balanceaban en la tela de la araña, pero para fans de Perdidos: http://www.albinoblacksheep.com/flash/sawyer.php

Mrs. Sarmiento dijo...

nada y lanueva, así, en pack: amén.

ohnenick, sí, alguna excepción hay. Pocas. De ahí la belleza de las excepciones. (Tú estás fatal de lo tuyo, eh...).