martes, 6 de enero de 2009

El invierno no da miedo

Ahí fuera, todo gris y blanco sucio; y blanco blanco, blanco limpio, nieve blanca como la nieve. Se rompe bajo mis pasos como todo se rompe, de repente y por sorpresa, pero yo camino. Graznan los cuervos negros, y los que tienen el pecho gris también. Amanece temprano y púrpura sobre las chimeneas humeantes, y los presentadores de televisión gesticulan palabras no del todo incomprensibles si las miras atentamente. Necesito un pañuelo a cada paso, es por la condensación, pero no tengo, así que surnio y surnio como una cantinela; mi estribillo es un surnido. (Mejor será si me repaso las uñas de negro, que están un poco descascarilladas ya). Yo imaginaba y no, claro, eso siempre me pasa; naturaleza imaginativa, bah, ya te pueden ir jodiendo. Me como mi timidez, me la trago ayudándome de vino hervido con miel y clavo, que así pasa mucho mejor, dónde va a parar, como los buenos días con sabor de menta. La panadera sonríe orgullosa porque sabe decir doce, pero uno y medio es demasiado complicado... No importa, le digo yo, no importa para nada. Qué va a importar. Retumban los cohetes pero no es la guerra, es que esto ya se acaba. Solamente los perros no lo saben y aúllan, y algunos hombres tampoco y también; hombres sonrientes con caras de niño surcadas de arrugas que se esconden en una mentira anfetamínica para que todo parezca bien. Como yo, como todos. Y tumbas nevadas, apareadas, sin apenas espacio entre ellas; llorar una muerte no es nada íntimo aquí. Me dicen nombre y credo, hasta su rostro me muestran, y yo les respondo muchas gracias, muertos, no teníais por qué, pero vaya si os lo agradezco. Me hundo hasta media pantorrilla en una invisible fosa blanca y no, el invierno no da miedo.

------------------------------------------------------------------------------------------------

Deja por favor que yo decida, sumergida en ellos, de qué color son tus ojos. Me anclaré en tus pupilas y miraré alrededor muy fijamente hasta cerciorarme del todo. Deja que aspire esos labios que me devoran desde los tobillos, será sólo un momento, lo prometo; y aunque los muerda un poco te los devolveré casi intactos. Deja, por favor te lo pido, que acaricie muy fuerte las callosas palmas de tus manos, que las frote con mis nudillos y con la yema de los dedos. Luego, si quieres, puedes exfoliarme entera con ellas. Deja, anda, por favor, deja que me hunda en tu pecho y en tus sobacos y en tu ombligo y más abajo, y que aspire tan, tan hondo que tu olor se quede conmigo cuando ya me haya ido.

-------------------------------------------------------------------------------------------------

No quiero comer y no como. Mejor me siento aquí en una esquina hasta que mi culo sea una masa insensible nada más, aquí, junto a la cinta transportadora. Cómo me alivia no entenderos, oíros farfullar palabras que para mí podríais estar inventándoos porque me iba a dar igual. Tampoco vosotros me entendéis a mí, pero bah, no es que importe, nada de lo que escribo aquí importa una vez escrito. Es sólo un modo de digerir esta tristeza que me tapona la boca del estómago, impidiéndome comer; sube por el esófago y por la tráquea hasta la garganta, antesala del vómito, que siempre se me dio bien vomitar tristezas. Y tal como llega se irá, transformada. Que la tristeza no se crea ni se destruye, muta.

-------------------------------------------------------------------------------------------------

Y abajo llueve y se está frío. Pero aquí hace tanto sol, coño, el sol más brillante del mundo es éste, y las nubes son chorrazos infinitos de espuma para el pelo en modo pausa. Sólo algunas cimas de montañas cabreadas, acá y allá, se atreven a rasgarlas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Tímida? ¿Tú? Nah.

Anónimo dijo...

Muda me quedo.

Anónimo dijo...

yo! claro! tímida no, timidísima! :o

normal, yo también al releerlo. madre mía, qué sarta de cursilerías... juas. pero es que salieron así, solas, y lo que no voy a hacer es renegar de mi lado más bobo y naïf... con lo que lo gozo, madre.

Anónimo dijo...

De bobo y naif nada. Un punto Almudena Grandes sí que tiene...

Anónimo dijo...

Venga ya!!

Y coincido en que de bobo nada y de naif menos. Pero no le veo mucho el lado Almudena Grandes.

El caso es que lo vomitaste y salió esto.

Anónimo dijo...

(que sí, que sí, que las apariencias engañan, te lo digo yo).
la bulimia in-itinere, nenas, estas cosas me provoca. :)))